
"El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti lamentó esta semana esa falta de interés en una columna en el diario La Nación de Buenos Aires: "Decía Fernando Henrique Cardoso hace unos días, en una conferencia en Punta del Este, que estamos viviendo en América latina una suerte de anestesia, que obtura la sensibilidad frente a los fenómenos de corrupción o de ilegalidad". Para Sanguinetti --que encuentra pruebas de este desinterés en ejemplos muy particulares y discutibles, que más parecen destinados a atacar a la izquierda por otros motivos--, ello se debe a la bonanza económica de la región.
Dos argumentos en contra de esta conclusión: 1) en 1997, durante tiempos de bonanza en la Argentina --un año antes de que comenzara la recesión que terminó en la crisis de 2001--, la corrupción figuraba en las encuestas como una de las primeras cinco preocupaciones de los argentinos y 2) la agenda de los ciudadanos, a los que preocupa mucho la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la educación (preocupaciones que no parecen derivadas de la "bonanza") y luego, también, la corrupción.
En América Latina conviven hoy dos convicciones colectivas, según la exhaustiva encuesta continental que hace cada año la consultora Latinobarómetro, con sede en Chile:
1. que hay corrupción en el Estado y en las sociedades.
2. que la corrupción no es uno de los principales problemas que afectan a los ciudadanos".
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