martes, 18 de febrero de 2020

España y el abuso partidista de América Latina

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Desde siempre ha habido en España diferencias entre la izquierda y la derecha a la hora de abordar cualquier asunto relativo a la América Latina. Desde la misma forma de denominar a aquella región. Mientras que la derecha, el conservadurismo español, gustaba y gusta de hablar de Hispanoamérica, la izquierda, el progresismo español, gustaba más de hablar de Iberoamérica ya desde el siglo XIX, aunque más recientemente ha asumido que debe denominar a la región Latinoamérica o América Latina.

El bloque conservador se ha mantenido en unas posiciones que conectaban el Imperio en el que no se ponía el sol, la llamada evangelización y la lengua española como elementos fundantes de aquellas tierras con sus gentes. Siempre ha hablado de la gesta de los conquistadores, hasta el punto que el joven líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha rechazado la idea de que España colonizara América y ha ensalzado, desde su frecuente grandilocuencia, la "grandeza" de España, afirmando que "Nosotros no colonizábamos, lo que hacíamos era tener una España más grande". En esta longitud de onda, todavía puede encontrarse a quienes desde el continente americano hablan de España como la Madre Patria, aunque sea esta una fórmula cada vez menos usual. En ese marco mental hay que interpretar el llamativo éxito de ventas de algún libro que defiende de forma tan agresiva como poco fundamentada ese “engrandecimiento”, supuestamente atacado por una leyenda negra promovida por “los ancestrales enemigos de España”.

El bloque progresista se ha mostrado siempre, no es ninguna sorpresa, mucho más plural, menos homogéneo que el conservador. No solo asumió el concepto de Iberoamérica con el afán de incluir a Brasil y la lengua portuguesa, sino que aceptó sin problemas el de América Latina que es el que, influencia francesa mediante, adoptaron la mayor parte de los naturales de las tierras al sur del Río Grande. A partir de esta posición común, la izquierda, la reformista y la que es más aguerrida, han tendido a sostener una idealización muy acrítica de lo que ha sido la historia reciente de América Latina, entendiendo por tal la que transcurre desde la victoria de los revolucionarios cubanos a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado.

La izquierda española ha quedado anclada en clichés de los años sesenta y setenta... [Leer el artículo completo]

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